Empresarios, sindicatos y administración se han dado cita en la inauguración en Madrid del II Congreso Nacional de la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente, Fundación CEMA, donde han coincidido en afirmar que la recuperación energética de residuos en las fábricas de cemento supone una importante garantía de futuro para esta industria.
La sesión inaugural corrió a cargo del secretario de estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, el presidente Oficemen y de la Fundación CEMA, Juan Béjar Ochoa y los secretarios generales de FECOMA-CCOO, Fernando Serrano Pernas y MCA-UGT, Manuel Fernández López, “Lito”.
Durante su intervención, el secretario de Estado de Medio Ambiente insistió en la idea de que “los residuos tienen que gestionarse como recursos, olvidando la idea de que son basura y deben desecharse”. En este sentido, añadió que “en 2011 la valorización de residuos permitió una reducción del 12% en las emisiones de CO2, lo que supone una reducción de más de 752.000 toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera”. Asimismo afirmó que “la crisis económica no justifica en modo alguno una marcha atrás en la gestión de los recursos y es labor de todos, administración, sindicatos y empresas, encontrar un soluciones para la coyuntura actual”.
Por su parte, el presidente de Oficemen, Juan Béjar, explicó durante su intervención que “sin la valorización energética, el sector cementero tiene pocas posibilidades de sobrevivir dados los niveles actuales de mercado. La apuesta por la valorización en los hornos de las cementeras evita el vertido y elimina las emisiones de metano que son 20 veces más contaminantes por el efecto invernadero que el CO2, además de sustituir combustibles fósiles que no son renovables”. Béjar se refirió también al hecho de que “el tratamiento de residuos en vertedero supone además un elevado desembolso de dinero público por parte de la administración, mientras que la valorización permite aumentar la competitividad y reducir los costes del sector cementero, como ventaja añadida”. Finalmente, Béjar alertó de que “la combinación de la valorización con una tarifa eléctrica previsible es social y medioambientalmente necesaria para la supervivencia de nuestro sector”.
El secretario general de MCA-UGT centró su intervención en la mala situación que atraviesa el sector cementero en la actualidad y en las ventajas que una reducción de los costes energéticos supondría para la industria. “Somos firmes defensores del desarrollo industrial de España, que es imprescindible para crecer de manera sostenible”, explicó Manuel Fernández, que añadió que desde su sindicato echan en falta “una tarifa eléctrica que favorezca a la industria, no solo a la del zinc y el acero, sino también a otros grandes consumidores de energía como es el caso del sector del cemento. Si queremos hablar en serio de futuro y de empleo, es imprescindible el aumento del peso de la industria en la composición del PIB, y eso requiere de un marco energético adecuado que lo propicie. Porque sin unos costes similares a los de su entorno nuestra industria no será competitiva y no debemos de olvidar que una fábrica que cierra ya no vuelve a abrir”.
Finalmente, el secretario general de FECOMA-CCOO se refirió también a la difícil situación que atraviesa la industria cementera en España. “Vivimos un momento muy complicado para el conjunto del país, acentuado en el sector del cemento al que hemos visto en los últimos años perder peso en el conjunto de la economía”. En este sentido indicó que “es más importante que nunca recuperar el tiempo perdido y desarrollar una verdadera política industrial desde el gobierno con la participación de todos. Una política industrial que incluya una política energética que no lastre la competitividad del sector ya que en caso contrario nuestra industria no se podrá recuperar. En este sentido propuso la recuperación de los observatorios industriales.
En España la industria cementera ha invertido en los últimos años cerca de 400 millones de euros en adecuar sus instalaciones para la recuperación energética de residuos. Gracias a esta iniciativa y al trabajo conjunto de empresas, sindicatos y trabajadores, la recuperación de residuos en 2011 permitió que se sustituyera el 22,4% de la energía consumida por los hornos de las fábricas de cemento, lo que supuso un ahorro semejante al consumo anual de más de 517.000 hogares. Una cifra alentadora, si tenemos en cuenta que en 2009 ese mismo porcentaje solo llegaba al 11%, pero que aún deja mucho camino por recorrer si nos comparamos con otros países de nuestro entorno, como Alemania u Holanda, que incluso superan el 80%.
El elevado volumen de residuos depositados cada año en los vertederos españoles nos sitúa entre los menos eficientes de la Unión Europea, donde otros países como Alemania, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Austria, Suecia y Noruega depositan en vertederos entre el 0,5% y el 6% de sus residuos, presentando las tasas más altas de reciclado y recuperación energética de la Unión Europea. En estos países, los sistemas de gestión de los residuos llevan décadas orientados a prevenir el vertido, estableciendo tasas e impuestos disuasorios y potenciando la valorización como alternativa, lo que ha dotado a su industria cementera de una ventaja competitiva añadida, ya que la valorización supone una importante reducción de costes frente al uso de combustibles fósiles en los hornos.