La Fundación Laboral del Cemento y Medio Ambiente, Fundación CEMA, ha participado en dos sesiones técnicas sobre el uso eficiente de los residuos y valorización energética en el marco del Congreso Nacional de Medio Ambiente, Conama. En este contexto, el director gerente de la Fundación CEMA, Dimas Vallina, ha explicado que el sector cementero consiguió, gracias al empleo de residuos como combustible en el proceso de fabricación de cemento, un ahorro energético de 362 kilotoneladas equivalentes de petróleo, lo que representa el consumo energético anual de cerca de 517.000 hogares y un ahorro de CO2 de 752.642 toneladas, por el contenido de biomasa de estos residuos.

Vallina dio a conocer estos datos en el contexto de su ponencia sobre el uso eficiente de los residuos como recurso, centrada en los beneficios de la valorización energética en la industria cementera española. El director gerente de CEMA también se refirió al uso de residuos como materia prima en la fabricación de cemento: “En 2011 este tipo de valorización evitó un vertido de residuos equivalente a 43 estadios de fútbol llenos”, añadió.

En una segunda sesión, Vallina explicó que la recuperación energética de los residuos es una actividad avalada por la UE, los estados miembros y las comunidades autónomas. “A pesar de ello, estamos todavía lejos de los países del centro y norte de Europa”, precisó.

La Fundación CEMA, consciente de que hay que hacer un mayor esfuerzo para trasladar a la sociedad la importancia de la recuperación energética en plantas cementeras, realiza diversas acciones divulgativas: fundamentalmente jornadas de puertas abiertas, comités locales de sostenibilidad, seminarios, relación con medios de comunicación, elaboración de materiales divulgativos y estudios, desarrollo de webs y presencia en redes sociales. “Somos conscientes de que necesitamos más y mejor comunicación para explicar a nuestro entorno el cambio de paradigma de algo que llevamos haciendo muchos años, que es enterrar los residuos en lugar de aprovecharlos. España no puede renunciar a una mejor gestión de los residuos y a un flujo valorizable energéticamente cuantitativamente significativo”, explica Vallina.